El proyecto se desarrolla mediante una Secuencia Didáctica que pretende trabajar el diseño y construcción de un álbum como otra forma de hacer lectura, en donde la imagen es clave y el texto su complemento.
Para ello recurrimos a varios escenarios como el aula de clase, el humedal, un par de veces logramos asistir a la sala de informática donde logramos adelantar algo y por último, debido a la gran dificultad de usar los computadores, uno de los coordinadores nos facilitó su computador y allí se trabajó durante una hora la digitación del cuento en el programa Movie Maker. La experiencia fue maravillosa y motivadora.
La Secuencia Didáctica se convierte entonces en un excelente método para continuar con el proceso escritor. En la Secuencia Didáctica se formula un proyecto que conduzca a la producción de un texto (oral y escrito) y en donde se deben tener unos objetivos claros que son los mismos criterios de evaluación. La convivencia y la motivación también son pieza clave en cada uno de los pasos.
¿Por qué el álbum?
“Uno narra a través de imágenes y a través de la palabra y es mucho más fácil si hace las dos cosas a la vez. Y cuando el autor de un libro-álbum imagina la historia la imagina en palabras y en imágenes, mientras que un escritor común solo la imagina a través de palabras” (Entrevista concedida por Anthony Brown a la revista Imaginaria en Argentina)[1]
Estas palabras del famoso ilustrador, describe lo que un libro álbum significa. La idea de conectar la palabra con la imagen es una situación compleja en donde las palabras son el complemento de la ilustración.
La evaluación consistió en la lectura que cada grupo hacía de sus escritos en el diario y su comparación con la ilustración. Ya avanzado el álbum, se les pedía que revisaran el texto y complementaran la ilustración.
Para evaluar lo que habían aprendido, se les hizo las siguientes preguntas y esto fue lo que respondieron:
Si bien es cierto que sólo se podían presentar un máximo a seis (6) estudiantes para el concurso, y que ellos elaborarían un álbum, éste se llevó a cabo con todos los estudiantes del grado. Cada grupo tenía sus responsabilidades y fue un trabajo dispendioso y de paciencia.
Esta experiencia maravillosa, fue todo un reto y un compromiso que algunos adquirieron con mayor interés que otros, tal vez por la complejidad de la tarea; todo el tiempo requirieron acompañamiento y en mi opinión fue un trabajo exigente pero que cada uno aportó a partir de sus necesidades, conocimientos y dificultades.
Contar con una sala de informática que difícilmente se pudo utilizar por fallas técnicas, no fue impedimento para continuar con el proyecto. La sistematización no sólo consiste en trabajar frente a un computador, sino en trabajar de manera ordenada y secuencial, darle buen manejo a las guías, memorias y realización del texto.
La autoevalución resulta interesante y los lleva a reflexionar y a descubrir cómo algún estudiante se siente temeroso de comprometerse con el estudio y otro más se siente “poco listo”. De igual forma, estas actividades les sirve para la vida, porque enfrentarlos a sus propias dificultades y que ellos mismos encuentren las soluciones, les hace ver que ante las dificultades ellos forman parte de la solución.
Las ilustraciones, así como los escritos también tuvieron su proceso. Fueron diseñados y rediseñados, debían ser coherentes e ir acordes con el texto. Algunos grupos no tuvieron en cuenta la orientación de la hoja al momento de ilustrar, entonces al armar el álbum notaron que las hojas no se podían unir y entonces tuvieron que repetir algún par de dibujos. Afortunadamente lo notamos a tiempo.
Para observar la autoevaluación final de los estudiantes, siga este link:
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